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Academia, Género,
Derecho y Sexualidad.
The Strategies of the self-proclaimed pro-life groups in Argentina: The impact of new religious actors on sexual politics
Over the past few decades political processes recognizing and broadening sexual and reproductive rights have produced a reaction from conservative sectors seeking to block those gains. Although the Catholic Church hierarchy and some Evangelical churches have led the opposition to these rights, various sectors of civil society have begun to foment resistance to pluralist sexual politics. In Argentina self-proclaimed pro-life nongovernmental organizations have become important in the local context, using channels legitimized by contemporary democracy. While they initially devoted themselves primarily to the issue of abortion through activities associated with assistencialism and cultural impact, their actions since the 1990s have diversified, entering into the politico-institutional field and aiming at other issues associated with the country’s sexual policy. The movement and religion overlap at many levels and are separate in others. The complexity of the relationship between them requires rethinking of the normative frameworks through which progress on sexual and reproductive rights in Latin America is usually theorized. The separation of religion and politics under the paradigm of laicism can be insufficient to guarantee sexual pluralism in our societies.
En las últimas décadas, los procesos políticos por el reconocimiento y ampliación de los derechos sexuales y reproductivos han generado la reacción de sectores conservadores que buscan obstaculizar dichas conquistas. Si bien la jerarquía católica y algunas iglesias evangélicas han protagonizado el rechazo a estos derechos, distintos sectores de la sociedad civil han comenzado también a activar una resistencia a las políticas sexuales pluralistas. En Argentina las organizaciones no-gubernamentales autodenominadas pro-vida han adquirido relevancia en el contexto local, utilizando los canales legitimados por la democracia contemporánea. Mientras las primeras se abocaron centralmente a la temática del aborto desde acciones asociadas al asistencialismo y al impacto cultural, a partir de los noventa sus acciones se han diversificado, entrando al campo político-institucional y orientándose a otros temas asociados a la política sexual del país. Este movimiento y la religión se superponen en muchos niveles y se separan en otros. La complejidad que reviste su relación implica repensar los marcos normativos mediante los cuales se ha solido teorizar el avance en los derechos sexuales y reproductivos en América Latina. La separación de la religión y la política bajo el paradigma de la laicidad puede resultar una estrategia insuficiente para garantizar el pluralismo sexual al interior de nuestras sociedades.